Negocios







Fuente: SoyEntrepreneur



“Quien le teme al fracaso, también le teme al éxito” (Anónimo)

“Sólo una cosa convierte en imposible un sueño: el miedo a fracasar” (Paulo Coehlo)

"El único lugar en el que éxito viene antes que trabajo es en el diccionario" (Vidal Sassoon)

"El fracaso derrota a los perdedores, e inspira a los ganadores" (Robert Kiyosaki)

“Cuando nuestras actitudes sobrepasen nuestras habilidades, aun lo imposible se hace posible” (Anónimo)

“El éxito es como un tren, todos los días pasa pero si no te subes tú, se subirá otro” (Anónimo)

“Si pierdes de vista tus sueños, no se podrán hacer realidad” (Anónimo)

"El éxito no es el final, el fracaso no es la ruina, el coraje de continuar es lo que cuenta" (Winston Churchill)

“La emoción de ganar debe ser mayor al miedo de perder” (Robert Kiyosaki)

“Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente” (Peter Drucker)
"Hay tres cosas en la vida que no se puede perder: la esperanza, la paciencia y la honestidad" (Anónimo)

“La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y algo que esperar” (Tomas Chalmers)

"Las metas son sueños con fecha de vencimiento" (Anónimo)

"El optimista tiene siempre un proyecto, el pesimista una excusa" (Anónimo)

"Es posible cambiar las estrellas" (Edwin Van den Broeck)

“Un líder es aquel que ejerce su poder con autoridad y responsabilidad, el que busca el bien del grupo, no el individual” (Anónimo)

“Dos palabras definen el éxito para un entrepreneur: persistencia 80% e innovación 20%” (Anónimo)

"Ningún hombre está vencido, mientras no se venza en su propia mente" (Anónimo)

“La zona de confort es la zona de los que sólo observan y aplauden, no la de los ganadores” (Anónimo)

“El éxito no se logra sólo con cualidades especiales. Es sobre todo un trabajo de constancia, de método y de organización" (J.P. Sergent)









Estos son algunos puntos claves de comunicación no verbal de siempre observados en entrevistados por psicólogos.


Personas cerradas o faltas de comunicación, demasiado dominantes, egoístas, falta de consideración hacia el prójimo o la ambición desmedida, todos hablamos a través de nuestro inconsciente que se expresa a través del lenguaje corporal.

Estas son algunas de las referencias más evaluadas y que han costado puestos de trabajo a muchas personas.


1. Brazos y piernas cruzadas. Una persona puede estar parada o sentada con piernas y brazos cerrados. Esta postura significa que no está interesada en relacionarse con quienes la rodean. Demuestra deseo de incomunicación e incomodidad. Observando su mirada, seguramente evade mirar a los demás directamente a los ojos y no ve la hora de retirarse del lugar.



2. Mirada demasiado intensa. Una persona que mira intensamente a su interoluctor o a quienes tiene a su alrededor denota exceso de ansiedad y quizás una inconformidad o un sentimiento negativo a punto de explotar, que puede traducirse más tarde en ira.



3. Mirada evasiva. Una persona que no mira a su interlocutor mientras habla puede estar escondiendo la verdad. Puede que la timidez juegue una mala pasada, pero con el correr de la entrevista debería perder la timidez y devolver la mirada a su interlocutor. Si no lo hace, quizás tema ser descubierto en un engaño.



4. Pararse con brazos en la cintura forma de V. Describe una personalidad dominante y/o agresivo/a. Le gusta tener el control en la situación. Ve a los demás desde un pedestal. Tolerancia limitada.



5. Sentarse en una silla y ocupar con pertenencias la silla conjunta. Sin pedir permiso, esto puede significar una falta de consideración hacia los demás, muchos Gerentes ven pésimo esta acción. Por ejemplo llegar a una oficina, sentarse en una silla y poner bolso y abrigo en la silla de al lado. Lo normal es sentarse, colgar el abrigo en la misma silla o en un perchero y tener las pertenencias sobre la falda.



6. Aspecto desaliñado. Falta de pulcritud, aspecto o apariencia descuidada. No le interesa la opinión ajena. Piensa que lo acepten desaliñado o mejor que no lo acepten. Impone sus reglas sin importarle las convenciones sociales. Quizás sea una persona que se siente a gusto desafiando las normas de la sociedad, un rebelde o un inconformista. Malo para la convivencia en un lugar de trabajo.



7. Dar la mano con flojedad. Dar la mano a otra persona con flojedad, sin firmeza, es indicio de algo negativo que está oculto. Puede que a esta persona no le agrade a quien estrecha su mano o que se crea superior a ella.



8. Ocupar la silla del jefe. Un empleado que ocupa la silla donde habitualmente se sienta el jefe, o un alto cargo, muestra con descaro su deseo oculto de ocupar ese lugar, sea como sea. Nos referimos a la silla de su escritorio o a la silla que ocupa habitualmente en la mesa de reuniones.


Fuente: Los Recursos Humanos












El mundo laboral moderno ya no está limitado a las clásicas oficinas o cubículos. Los trabajadores modernos tienen la posibilidad de trabajar desde los más variados lugares, desde su casa, en un café o incluso desde un avión. Pero esta libertad implica un mayor control de los tiempos y de las distracciones para que la productividad no decaiga.





Les presentamos una lista de consejos para aumentar su productividad fuera de la oficina.



Desde el Hogar



Para muchos, el sueño hecho realidad. Pero no es tan fácil como parece, aquí van algunas ayudas:

1. Trabaja desde un ambiente o cuarto con una puerta que pueda cerrarse. Esto te permite evitar distracciones y ruidos del grupo familiar.

2. Escucha música con tus auriculares. En muchos casos te permite concentrarte mejor en tus tareas.

3. Arma una caja con juguetes para entretener a los niños durante llamadas telefónicas o reuniones. Esta caja debería estar reservada para esas ocasiones y no ser parte de la diversión habitual de los chicos. Caramelos y chupetines también pueden ser utilizados con este propósito.

4. Vestite y realiza una rutina matinal como si fueras a la oficina.

5. No almuerces en tu escritorio o lugar de trabajo.

6. Aprovecha tus horarios productivos. Cada uno tiene momentos del día en los que trabaja mejor, si sos de hábitos nocturnos, trabaja de noche, usa la mañana para hacer trámites, ejercicio o cosas no relacionadas con el trabajo.

7. Intenta trabajar lo más que puedas, tal y como si estuvieses en la oficina. Trabajar desde casa no significa trabajar menos.

8. Puedes utilizar 3 monitores para aumentar tu productividad.



Desde la Oficina



9. NO chequees tus emails en los primeros 45 minutos de haber llegado.

10. Utiliza los primeros 30 minutos para planificar el resto de tu día.

11. Si Internet te distrae demasiado, hay aplicaciones que bloquean la conexión durante ciertos intervalos de tiempo.

12. Agrupa tus tareas similares. Si tienes que hacer llamadas o contestar mails, hazlo en un solo viaje.

13. Podeis probar de llegar una hora más temprano al trabajo. A esa hora, las oficinas suelen estar vacías y libres de distracciones.

14. Establece 3 tareas importantes por día que deberías cumplir.

15. Sé puntual con las reuniones.

16. Deja las tareas repetitivas y mecánicas, como el papeleo, para el final del día.



Desde un lugar compartido de trabajo



17. Imagina que tus compañeros son potenciales clientes que están evaluando tu trabajo. Esto te permite esforzarte al máximo y evitar las distracciones.

18. Si te encargaron un proyecto para el cual no estás del todo capacitado, sondea a tus compañeros, tal vez alguno esté dispuesto a colaborar o conoce a la gente que te puede dar una mano.

19. Si el ruido y las conversaciones te molestan, una buena opción es aislarse con un buen par de auriculares y algo de ruido blanco (olas, viento, etc).

20. Rodeate de la gente correcta y que tenga un estilo de trabajo similar al tuyo.

21. Haz de cuenta que estás en 3º grado y sientate siempre en el mismo lugar.

22. Establece tiempos improductivos, a modo de recreos.

23. Involucrate con tus compañeros, es la razón principal por la cual uno quisiera trabajar en un espacio común.

24. Utiliza un headset para hablar por teléfono, así tus compañeros sabrán cuando estás ocupado hablando con alguien.

Desde un café o bar

25. Hazte amigo del dueño o bartender, muchas veces te va a ayudar a conseguir nuevos clientes.

26. Deja el cargador en tu casa, eso te da un incentivo a terminar tu trabajo antes de que se agote la batería.

27. Busca un lugar tranquilo, preferentemente frente a una pared y en un bar que no esté en una calle principal o avenida.



En viajes o aeropuertos



Los hombres de negocios modernos pasan gran parte de sus días viajando por reuniones. Estos tiempos pueden aprovecharse para hacer tareas más productivas que sólo mirar una película o esperar sentado a que llegue el avión.

28. No andes con papeles, intenta hacer todo electronicamente. Notebooks, netbooks y tablets son ideales para esto.

29. Aprovecha para hacer esas tareas para las cuales nunca tienes tiempo, como ordenar tus documentos o limpiar la bandeja de entrada de correo.

30. Digitaliza tu firma, para poder firmar documentos de Word o PDFs.

31. Cachea tus emails para poder leerlos cuando no tienes conexión















Como seres humanos usamos el habla para comunicarnos y generar (¡o destruir!) relaciones, para expresar nuestros deseos y frustraciones, para entender y entendernos, para coordinar acciones con otra persona. Sin embargo, en muy pocas oportunidades nos enseñan a mantener una conversación efectiva, a generar una situación en donde podamos expresarnos con claridad, podamos escuchar a nuestro interlocutor y entenderlo, podamos generar pedidos efectivos, negociar y, en última instancia, sacar el mejor provecho de la conversación.





En esta guía vamos a repasar una serie de pasos a tener en cuenta para cuando tengamos que encarar una conversación importante con alguien: con nuestro jefe, con un compañero de trabajo, con un amigo, con nuestra pareja.

Pasos para una conversación efectiva

1. Definir el objetivo





El primer paso para iniciar una conversación efectiva es personal, de forma privada, y se realiza antes de iniciar la conversación. Debemos definir el objetivo de la conversación, el motivo del porqué estamos conversando. Este paso, que parece evidente y obvio, muchas veces es pasado por alto, corriendo el grave riesgo de tener una conversación "a la deriva", sin rumbo, que no nos llegue a ningún lado. Peor aún, si no tenemos en claro nuestro objetivo, no será imposible negociar de forma efectiva cuando sea necesario hacerlo.





Es bueno recordarnos y aclarar en todo momento que el objetivo que pongamos, y nuestra forma de alcanzarlo, es solamente nuestra propia manera de ver las cosas. Esto nos permitirá estar abiertos a escuchar a nuestro interlocutor, entender su perspectiva, y buscar un acuerdo que le sirva a las dos partes.





Consejos clave:





* ¿Para qué estás conversando?

* ¿Qué quieres lograr?

* ¿Cómo quieres que termina la conversación?





2. Definir el contexto





Tan importante como definir el objetivo es definir el contexto de la conversación, el lugar en dónde va a ocurrir. Elegir un mal lugar (ruidoso, con interrupciones) o un mal momento (justo después de una reunión "complicada") puede arruinar la conversación que tendremos.





Consejos clave:





* ¿En qué día vas a conversar?

* ¿En qué lugar?

* Elegí un contexto ambiental y emocional óptimo





3. Compartir el objetivo





Ya con el objetivo y el contexto en claro, estamos listos para encarar la conversación. Y un excelente primer tema con el cual iniciar la charla es compartir nuestros objetivos, nuestras expectativas, lo que nos gustaría y no nos gustaría que ocurra. Este es un buen momento para establecer las condiciones sobre las cuales ocurrirá la conversación. Por ejemplo, si estamos frente a una persona que sabemos suele levantar la voz al enojarse, podemos pedir no levantar la voz durante esa conversación (buen consejo, incluirse a uno mismo dentro de este tipo de pedidos).





Consejos clave:





* Compartí tu objetivo con la conversación

* Compartí si hay algo que no te gustaría que ocurra (por ejemplo, no gritemos)





4. Explica tus juicios





A la conversación llegamos con juicios, nuestra interpretación y opinión sobre la realidad, sobre los hechos que ocurrieron. Sobre estos juicios evaluamos, actuamos y realizamos pedidos. Ante una conversación importante es fundamental tener en claro cuáles son nuestros juicios que están generando la conversación, y sobre qué hechos concretos se originan. Al compartir con el interlocutor nuestros juicios basados en hechos podremos entendernos con mucha más profundidad. Será el primer paso concreto para avanzar hacia un acuerdo.





Consejos clave:





* ¿Cuáles fueron los acuerdos que a tu juicio no se cumplieron?

* ¿Qué tendría que haber sucedido y no sucedió?

* Si tienes esta conversación porque no te gusta algo, compartidlo.





5. Compartir tu emoción





Nuestra emoción afecta nuestra conversación y nuestra interpretación de las palabras del interlocutor. Debemos conocer cómo nos sentimos, en qué estado emocional nos encontramos para empezar a comprender cómo reaccionamos y reflexionamos sobre lo que ocurre. Mejor aún, podemos compartir nuestro estado emocional con el interlocutor, para que pueda entender con menos ambigüedad nuestro mensaje.





Consejos clave:





* Expresa tu emoción. ¿Cómo te sentís?





6. Escuchar activamente





Una conversación no es un monólogo: es un intercambio de ideas, de opiniones. Entonces, no sólo debemos hablar sino, más importante quizás, debemos escuchar a nuestro interlocutor. La escucha activa demuestra respeto por el mundo del otro, interés por su forma de ver la realidad (aunque podamos no compartirla). Y no sólo debemos escuchar, sino también asegurarnos de haber escuchado bien, comprobando con preguntas si estamos entendiendo el punto de vista del otro.





Consejos clave:





* Haz preguntas a tu interlocutor: ¿cuál es tu punto de vista sobre este tema? ¿Qué opinas de lo que digo?

* Comprobar tu escucha.





7. Hacer pedidos





Los pedidos son la única forma que tenemos para coordinar acciones con otras personas. El gran problema ocurre cuando estos pedidos son vagos: pedidos que no son formulados como tal (y que por lo tanto pueden no ser interpretados como un pedido), pedidos que no tienen una fecha clara, ni la forma en la que vamos a evaluar el resultado. Los malos pedidos abundan, y nos generan deterioros en las relaciones que mantenemos. Debemos entonces ser responsables y hacer pedidos claros, concretos, acotados y medibles.





En todo momento recordar que estamos haciendo un pedido: podemos recibir tanto un sí como un no, y ambas son respuestas válidas (cuando no aceptamos un "no", estamos hablando de una exigencia y no de un pedido... ¡expresémosla como tal!). Más aún, debemos estar dispuestos a negociar, a buscar alternativas: si tenemos nuestro objetivo en claro, seguramente encontraremos muchos caminos para lograrlo.





Consejos clave:





* Formula pedidos claros:

o ¿Qué quieres que pase?

o ¿De qué manera?

o ¿Para cuándo?

o ¿Cómo vas a evaluar el cumplimiento?





8. Comprobar la respuesta del interlocutor





Como vimos, un pedido tiene dos respuestas válidas: "si" y "no". En ambos casos, y como estamos realizando una escucha activa, debemos comprobar la respuesta que se nos dió al pedido: en el caso de que se acepte, verificar que se haya entendido realmente lo que queremos; en el caso que no se acepte, indagar las causas para poder iniciar una negociación. En todo momento debemos recordar que el interlocutor interpreta la situación desde su realidad; nos ayudará conocer su perspectiva para poder comunicarnos mejor.





Consejos clave:





* Comprobar la respuesta a tu pedido.

* Indaga, pregunta sobre la respuesta.

* Comprobar lo que piensa tu interlocutor.





9. Negociar





Una conversación no es una imposición de nuestro punto de vista, sino un momento para entender la visión de nuestro interlocutor tratando de llegar a un acuerdo en el que ambas partes salgan beneficiadas. Es por esto que, teniendo en claro nuestro objetivo, debemos estar dispuestos y preparados para negociar. La negociación es una herramienta muy poderosa para acercar posiciones y lograr compromisos, por lo cual debemos tener presente el espacio de negociación que generamos con nuestras palabras.





Consejos clave:





* Negocia por posiciones encontradas.

* Negocia por conflictos que existan o surjan.





10. Establecer compromisos y acuerdos





Ya cerrando la conversación, debemos tener en claro que compromisos y acuerdos se generaron. Ambas partes deben entender las negociaciones que se llevaron a cabo y los pedidos que se generaron y aceptaron. Es el momento de acordar los pasos a seguir, la nueva relación que estamos generando, y el plan de acción para lograr lo acordado.





Consejos clave:





* ¿Qué vamos a hacer de ahora en más?

* ¿Cuál es el plan de acción para que ocurra lo acordado?





11. Aprendizaje





Terminada la reunión, todavía nos queda una tarea de suma importante: aprender del encuentro. Es un momento de reflexión para aprender qué cosas hicimos bien y qué cosas deberemos mejorar para conversaciones futuras. Además, podemos comprobar nuestro estado emocional al terminar la conversación, lo cual puede ser un buen indicativo sobre el éxito de la misma.





Consejos clave:





¿Cuál fue el aprendizaje para ambas partes?

¿Cómo nos vamos de la conversación?

¿Con qué emoción nos retiramos?

¿Qué conversaciones privadas (lo que nos contamos a nosotros mismos) tenemos?





Conclusión





Nadie nos suele enseñar a mantener conversaciones efectivas, y sin embargo son el medio por el cual construimos relaciones y alcanzamos metas. Mantener una conversación efectiva lleva muchos pasos y acciones de nuestra parte; nos puede servir como una guía para mantenernos en rumbo a conseguir nuestro objetivo. Más aún, al tener una guía concreta podemos luego revisar la conversación y aprender de nuestros errores, viendo en qué punto estuvimos más flojos.





Si bien sería bueno seguir esta guía en todas las conversaciones que tengamos, podemos empezar con aquellas conversaciones realmente importantes, como ayuda para prepararnos de antemano a la situación para poder aprovecharla al máximo.





Y debemos recordar que una buena relación no es una relación sin quiebres; es una relación que ha desarrollado la capacidad de emprender acciones que se ocupen en forma efectiva.



Fuente: DosIdeas















Cuando se habla de imagen profesional generalmente se confunde con la imagen física de cualquier hombre o mujer de negocios. Hablar de imagen profesional se refiere a la percepción que se tiene de una persona como resultado de su desempeño profesional, lo cual, implica muchísimo más que el cómo viste. Más bien refleja a la persona que ejerce su profesión, cualquiera que ésta sea, con relevante capacidad y aplicación. Apela más al comportamiento del individuo que a su apariencia e imagen personal.

Por David Navarro





¿Por qué es tan importante para el éxito en los negocios? Porque la imagen profesional ayuda a mejorar la calidad de las interacciones internas y externas de la organización, tanto para estimular la productividad del recurso humano y dotar de valor a la cultura organizacional, así como para mejorar la calidad del servicio ofrecida al cliente.





¿Cuál es el secreto para proyectar una buena imagen profesional? Conocer y aplicar correctamente el protocolo en los negocios. Es el saber comportarse en un ambiente ejecutivo y saber ejercer la cortesía y la amabilidad con el objetivo de estimular la eficiencia y la productividad en las relaciones interpersonales.





¿Alguna vez se ha preguntado cómo lo perciben sus compañeros de trabajo, su jefe, sus clientes?, ¿cómo necesita ser percibido en su entorno laboral?





Asegúrese de no cometer alguno de los siguientes errores de imagen profesional. Autoevalúese. Nadie es perfecto pero sí puede estar muy cerca de serlo.





1.Ser impuntual.

2.Prometer cosas y dejar de cumplir su palabra.

3.Tutear sin conocer a la persona o solicitar el permiso para hacerlo.

4.Confundir cortesía y caballerosidad con protocolo. En los negocios se trata de acuerdo a la jerarquía no al género femenino o masculino.

5.Presentar antes a una persona de menor rango, cuando la persona de mayor jerarquía está presente.

6.Entregar una tarjeta de presentación en mal estado.

7.Guardar las tarjetas de presentación en la cartera. Es mejor utilizar un tarjetero.

8.Que su tarjeta de presentación parezca un minifolleto promocional.

9.Agregar su título profesional en la tarjeta de presentación. Los títulos nos los otorgan los demás, no uno mismo.

10.Al recibir una tarjeta de presentación no corresponder el gesto entregando la suya.

11.Dar un saludo de mano débil o con excesiva fuerza.

12.Negarse a corresponder un saludo de mano.

13.Saludar de beso a la mujer, a menos que ella lo solicite.

14.Dirigirse a los demás con apodos o diminutivos.

15.Olvidar las palabras más poderosas del protocolo: "por favor" y "gracias".

16.Escribir con faltas de ortografía o redacción.

17.Maquillarse frente a otros.

18.Hablar con groserías.

19.Discutir a gritos y a la vista de todos.

20.Mascar chicle mientras habla.

21.Morderse las uñas.

22.Sonarse la nariz y ver el pañuelo desechable.

23.No cuidar su aliento.

24.Secretearse con alguien frente a otros.

25.Portar el teléfono celular en el cinturón o colocarlo sobre la mesa en una reunión de negocios, o seleccionar un timbre de teléfono "chistoso" o "inapropiado".

26.No devolver sus llamadas telefónicas en máximo 24hrs.

27.Negarse por teléfono o pedir a un tercero que diga que usted no se encuentra disponible.

28.No solicitar autorización del interlocutor para activar el altavoz.

29.Poner en espera una llamada actual para tomar otra.

30.Utilizar la cuenta de correo electrónico de su trabajo para asuntos personales.

31.Olvidar responder sus correos electrónicos en máximo 24hrs.

32.Escribir sus correos electrónicos únicamente en mayúsculas.

33.No saludar al inicio de un correo electrónico cuando es el primero de varios durante el día al mismo destinatario.

34.Llamar por teléfono y colgar al entrar el correo de voz o la grabadora.

35.Dejar mensajes ofensivos en el correo de voz.

36.Comentar información confidencial al dejar un mensaje en el correo de voz.

37.Convocar a una junta de trabajo sin definir el objetivo ni la orden del día.

38.Convocar a la junta a personas no indispensables para el objetivo de la reunión.

39.No realizar minuta, aun cuando la junta haya sido muy breve.

40.Permitir que la realización excesiva de juntas afecte la productividad de la empresa.

No lo olvides, "como te ven te tratan, pero como te comportas te recuerdan".



Haga que su imagen profesional le abra puertas en los negocios, no que se las cierren.

















Por Sally Helgesen



En las últimas dos décadas, las mejores organizaciones han considerado imperativo atraer, retener y desarrollar el talento de las mujeres.



Las habilidades de las mujeres , la capacidad para colaborar, construir relaciones sólidas, abrir líneas de comunicación y trabajar en equipo– han resultado esenciales, por su capacidad de adaptación, para los modelos de negocio descentralizados que empresas con tecnologías basadas en modelos web necesitan.



Asimismo, las ideas e intuiciones que poseen se han demostrado como un recurso esencial, único para aquellas organizaciones que buscan comercializar productos y servicios hacia la base, en continua expansión, que las mujeres representan. Por ello, la participación de las mujeres goza de amplia y creciente aceptación; en cambio, la participación estratégica, como el liderazgo de las mujeres, está aún por desarrollarse.



Aunque las organizaciones dan un gran valor a las habilidades de las mujeres y fomentan su contratación y participación dentro de la empresa, raramente reconocen todo el espectro de sus valores, especialmente en lo referido a la conformación de la misión y la dirección estratégica.



Esta es una de las razones esenciales por las cuales las mujeres están subrepresentadas en posiciones de influencia y poder. Esto se debe a que las organizaciones –y las mujeres– aún no han aprendido a articular el potencial estratégico que estas tienen que ofrecer; lo mejor que pueden ofrecer continúa aún bloqueado.



Esta situación estafa a las organizaciones y frustra las mujeres.



El potencial estratégico de las mujeres reside en su visión, esa lente que da forma a su distinto punto de vista. ¿Qué ventajas puede aportar esta perspectiva, en términos de liderazgo, en este entorno diverso y global desde el punto de vista de la concepción y ejecución de la misión?



July Jonson y yo, como coachs, en los últimos cuatro años hemos intentado identificar las razones culturales por las cuales las mujeres aún están luchando por alcanzar las posiciones top.



Pensamos que las organizaciones no podrán apalancar las contribuciones femeninas hasta que sean capaces de entender dos elementos esenciales que conforma la visión de las mujeres:



1-. Lo que las mujeres perciben:



La atención de las mujeres está dirigida a muchas cosas diferentes al mismo tiempo, mientras que los hombres tienden a focalizar en profundidad hacia una sola tarea u objetivo. Por eso, su atención tiende a funcionar como un radar, mientras que la de los hombres tiende más hacia el láser. Las mujeres monitorizan señales emocionales, anticipándose a las necesidades de los demás y continuamente introducen cambios sutiles para poder reconciliar agendas que estén en conflicto.



Con su percepción de amplio espectro, son excelentes jueces del contexto, realizando conexiones inesperadas. La percepción localizada genera claridad y rigor analítico, la de amplio espectro resiste a la cuantificación, pudiendo parecer subjetiva en exceso, mientras que la percepción focalizada puede dejar fuera información esencial.



Ambas son esenciales en un entorno dominado por los cambios continuos en la demanda, donde la rápida evolución de los sistemas de distribución y productos requieren un recalibrado continuo.



Jeff Immelt, CEO de General Electric, decía que los líderes tenían que ser capaces de ver a través de las paredes. Las mujeres son un extraordinario recurso, pero sus habilidades sólo pueden florecer en organizaciones donde se valore la percepción de amplio espectro.



2-. Lo que las mujeres valoran:



Hay un desequilibrio en aquello que percibimos que el mercado piensa sobre lo que las personas más valoran en su trabajo y aquello que las mujeres valoran profundamente. La mayoría de las organizaciones ofrece recompensa, reconocimiento al logro, estimulación a la iniciativa, decidiendo los ascensos por definiciones de valor que reflejan una cultura de liderazgo masculina.



Las principales zanahorias de esta cultura han sido siempre la compensación y las gratificaciones. Pero, entre las mujeres, la tendencia a juzgar las recompensas financieras y de prestigio es mucho menor; “no merecen la pena” si la contrapartida es que la calidad de su entorno de trabajo, y de sus días, decrezca y les afecte negativamente.



Las mujeres tienden a ver la compensación como medio para un fin –proporcionarse calidad de vida para ellas y sus familias–, más que como un fin en sí mismo.



Medidores puramente numéricos de recompensa importan menos a las mujeres que la textura de su experiencia diaria, que está determinada por la calidad de la interacción social en el trabajo y la capacidad de controlar su tiempo para poder afrontar sus responsabilidades domésticas.



Las mujeres se motivan menos por aquello en lo que un trabajo pueda desembocar, o una promesa de futuro, que por la percepción de que su trabajo es entretenido y les compensa.



Para vincular de verdad el talento femenino, los líderes necesitan recalibrar su definición de recompensa, y no dar por hecho que los individuos con talento siempre valoran más el dinero y las prebendas. La forma de percepción del valor de las mujeres ofrece una perspectiva mas comprehensiva para la calibración de la motivación, lealtad, disfrute y apalancamiento del talento.



Fuente: www.eexcellence.es

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